“… a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma” (Mt 10, 28)
NTM = No tengáis miedo, es la frase protagonista de este diseño en formato puerta algo siniestra. Como el miedo no es más que un mecanismo de supervivencia y de defensa ante una percepción de un peligro, real o irreal, suele tener una componente irracional que nos cuesta controlar, y que como en el diseño, aparece en las zonas más oscuras de nuestro desconocido e incontrolable futuro.
“No tengáis miedo” es una frase que se repite asiduamente en la Biblia, en el Antiguo Testamento habitualmente para recordar al pueblo de Israel que son el pueblo elegido de Dios (p.e. Is 41,10 o los Salmos 23 o 27) y en el Nuevo Testamento para transmitir tranquilidad ante los planes de Dios.
Así, en al Nuevo Testamento o bien acompaña al saludo de los ángeles del Señor (p.e. a María en la anunciación (Lc 1, 30), a José en la suya (Mt 1, 20) o a María Magdalena el domingo de resurrección (Mt 28,5)) o bien la utiliza el mismo Jesús para transmitir calma, habitualmente hacia sus discípulos, en situaciones en las qué Él ve que el miedo y la angustia les empieza a dominar. Ocurre así en la tormenta del mar de Galilea (Mc 4,40), cuando camina sobre las aguas (Mc 6, 50), en la transfiguración (Mt 17,6) o cuando manda a sus discípulos en su primera misión, una especie de envío en prácticas que se narra en los evangelios sinópticos al inicio de la predicación de Jesús (Mt 10, Lc 10 y Mc 6).
Esta es uno de mis pasajes favoritos donde se usa esta frase porque, cuando los discípulos se sienten completamente superados ante la misión que les da el Señor, Él mismo los anima a que tengan plena confianza en Él. ¿Te suena la situación ante una misión que tienes por delante y no sabes cómo afrontar? Si eres fan de The Chosen, puedes ver esta escena muy bien contextualizada en el capítulo 2 de la temporada 3, orar con ella aqui, y ver el truco para poder salir airoso de ese tipo de situaciones.
De manera similar, este “no tengáis miedo” también nos recuerda inexorablemente al papa San Juan Pablo II, ya que éste fue uno de los grandes lemas durante su papado, especialmente hacia los jóvenes y sí, y nosotros éramos jóvenes en el Jubileo del año 2000. Decía San Juan Pablo II que los jóvenes eran los herederos actuales de los apóstoles en la tarea de evangelizar al mundo, y aunque son mandados como corderos en medio de lobos, de la mano de Cristo, Dios hecho hombre, su éxito está garantizado. Mirando a la Iglesia y viendo los numerosos grupos y movimientos surgidos desde el año 2000 a esta parte, hay que reconocer y agradecer que el Espíritu Santo siga generando y renovando carismas dentro de la Iglesia, al servicio de la evangelización.
“There is no higher mountain than fear” decía una de mis camisetas favoritas en aquella época, porque a veces, ese miedo en vez de actuar de mecanismo de defensa actúa como un gran freno que no nos deja vivir una vida plena.
Superar el miedo exige confiar. Confiar en Alguien que sabe más que yo, confiar en Alguien que sabe a dónde va, confiar en Alguien que quiere el bien para mí…. aunque yo en es ese momento no sea capaz de verlo. Recuerda: Él se quedó con nosotros en la Eucaristía y desde ahí te sigue diciendo hoy, «no tengas miedo de creer en mí».
Por eso este mes de noviembre, que comienza celebrando la fiesta de todos los santos, estamos alegres porque tenemos en nuestro equipo a santos de todos los colores, de ayer, hoy y siempre, que nos han demostrado que esa confianza en el Señor vale la pena, que confiar en Dios aleja nuestros miedos porque Cristo no falla.
#teatrevesalucirlo
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