No necesitas sentir nada para hacer grandes cosas. (Temporada 3- Capítulo 2)
Resumen del capítulo: Este capítulo retoma las diferentes nuevas realidades de los discípulos (Simón el zelote, María Magdalena y Tamar, Simón y Edén, Tomas y Ramah, Mateo y sus padres que hemos comentado aquí…) en Cafarnaúm y muestra cómo ha empezado a crecer un campamento extra-muros de seguidores de Jesús que comienza a preocupar a Quintus, como gobernador. En este marco, Jesús vuelve a reunir a sus apóstoles, y les propone una misión temporal a lo largo y ancho de Israel, donde les va a ir mandando de dos en dos, con unas indicaciones muy específicas, especialmente austeras. El capítulo termina con una escena entrañable con todos los discípulos abrazados pidiendo la protección de Dios para la misión que comienzan.
Referencias bíblicas: El envío del Señor a sus discípulos al pueblo de Israel se describe en el evangelio de San Marcos (Mc 6, 7-14) y de San Mateo (Mt 10, 1-42) y en ambos casos, las condiciones del envío son equivalentes en exigencia. En el evangelio de San Lucas también hay una narración similar pero en este caso, en vez de mandar solo a sus doce discípulos, San Lucas dice que envió a 72 (Lc 10, 1-12). Cómo encajan los discípulos esta misión o cuáles fueron las parejas no se describe en los evangelios, pero las reacciones que aparecen el capítulo son tan humanas que parecen razonablemente plausibles ante la entidad de la misión que se les encomienda.
Reflexión: La lectura en diagonal de este episodio nos podría hacer pensar que este envío se produce una vez Jesús ha resucitado y el espíritu Santo ha bajado sobre los discípulos, sin embargo, claramente los evangelios presentan este envío como una especie de “ensayo” previo al que Jesús manda a sus discípulos. Dado que es una escena que se describe con detalles en los tres evangelios sinópticos podemos concluir que The Chosen intenta reproducirla fielmente, añadiendo el toque de humor característico de la serie.
En este envío de dos en dos es interesante analizar cómo Jesús ha creado las parejas para que se apoyen mutuamente. Los dos Santiagos, uno fuerte y otro débil, Tomás y Juan, Tadeo y Bartolomé, Simón y Judas, que luego también son «pareja» durante la Pasión (aquí), Simón el Zelote con Mateo, que comparten una historia personal similar de conversión y Felipe y a Andrés, ex-discípulos de Juan el Bautista, y que serán causa del conflicto en la Decápolis que se narra en los siguientes capítulos de la temporada, son las parejas que elige el Señor. Como ves el Señor no da puntada sin hilo , así que tú, ¿En tu vida, ves algún patrón con tu pareja de misión (si tienes esa pareja, claro)? ¿Qué aspectos de vuestra fe, vida personal… se fortalecen ejecutando esta misión juntos? Spoiler: si estás casado, tu pareja de misión la tienes clara y la prometiste fidelidad eterna…
Aparte de hacer las parejas, hay tres elementos en la conversación entre Jesús y sus discípulos en este envío, que se tratan con mucho mimo en este capítulo, y que vale la pena que miremos en profundidad.
- No necesitas sentir nada para hacer grandes cosas. Ante el anuncio de la misión y del poder temporal de curar enfermos o expulsar demonios que Jesús les confiere, los discípulos reaccionan con miedo y escepticismo. La frase de Bartolomé de “no me siento diferente” es un claro ejemplo de lo que nos puede pasar a nosotros ante la grandeza que Dios ¿Dejo que el sentimiento domine mi fe?¿Tengo fe porque siento a Dios o tengo fe porque creo en Dios? La respuesta del Señor es definitiva: “no necesitas sentir nada para hacer grandes cosas”. En este sentido, ¡qué diferente es la respuesta que dan los discípulos en este capítulo a la que dio la Virgen María en la anunciación: Hágase en mí según tu palabra! Cuantas veces en nuestra vida, la sensación de no sentirnos preparados nos paraliza y nos hace posponer la misión evangelizadora que Dios nos ofrece, a cuando sepa más, a cuando tenga más tiempo, a cuando no tenga que hacer tantas cosas….Óralo y confía en Dios… si te da una misión, siempre te capacitará para ello (puedes ver en la Biblia numerosos ejemplos de eso: Noe, Moisés, Job, María, José, San Pablo…)
- Quiero que aprendáis a confiar en tu Padre celestial. Jesús explica a sus discípulos que las exigencias de esta misión tienen un objetivo claro: que aprendan a confiar en la providencia de Dios, poniendo en Él una confianza absoluta. ¡Qué difícil es sentirnos dependientes, dejarnos en manos de otros y dejar que Dios sea Dios en todas las dimensiones de nuestra vida! Muchas órdenes religiosas lo hacen como forma de vida y Jesús en esta primera prueba a sus discípulos se lo exige. ¿Eres tú capaz de abandonarte a la providencia divina? O quizás a un nivel más realista ¿eres tú capaz de vivir austeramente en el mundo consumista que nos rodea? En nuestro caso, hacer el camino Inglés hacia Santiago con nuestras mochilas durante una semana llevando solo lo imprescindible (bueno, seguro que algo más que lo imprescindible), es lo más cerca que hemos estado de este «abandonarse al que sea lo que Dios quiera»… y la verdad es que da muuucho vértigo.
- Si grito invocando al Señor, Él me escucha desde su monte santo. El episodio acaba con todos los discípulos orando en círculo el Salmo 3. Este salmo muestra la confianza de David cuando su hijo Absalón decidió sublevarse contra él (2 Samuel, 12) y estaba en peligro de muerte. De hecho, está escrito como una afirmación y no una petición que declara que Dios es nuestro escudo, Él nos escucha y es quien nos levantará. Es el salmo que elige Simón para afrontar la misión que les encomienda Jesús y que invita a rezar a todos los discípulos juntos. Y tu en tu vida ¿Cómo afrontas tus momentos de dificultad? ¿Te pones en manos del Señor? ¿Cuándo tomas decisiones relevantes, las “comentas» y oras con el Señor?
Conclusión-Oración: Este episodio nos muestra cuáles son los detalles de la misión a las que nos envía el Señor que no es otra que compartir su buena noticia a nuestros hermanos. Este viaje requiere de una confianza absoluta en el Padre y nos obliga a saber depender de su providencia. A pesar de vernos débiles y no sentirnos preparados, el mejor momento de empezar es ahora. Así, te pedimos Señor fuerzas y confianza para nuestra misión evangelizadora, para que junto con la compañía que el Señor nos ha dado en el camino, sepamos llevar hacia ti el corazón de los que nos rodean.
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