De ti saldrá un jefe que pastoreará a mi pueblo Israel (Mt 2, 6)
El diseño de este adviento nos invita a mirar al camino que hicieron José y María abandonando Nazaret y dirigiéndose a Belén a cumplir con su misión. Un camino de 111 km en línea recta, que se transforma en unos cuantos más al ir por los caminos de la época pegados al Valle del Jordán, subiendo hasta Jerusalén para bajar finalmente a Belén.
De hecho, dado que se sabía que el Mesías tendría que nacer en Belén, (así se recoge en Mt 2,6 cuando los Magos de Oriente van a ver a Herodes. Cuando pregunta a sus sacerdotes que dónde tenía que nacer el Mesías ellos responden con la profecía de Miqueas “Y tú, Belén, tierra de Judá, no eres ni mucho menos la última de las poblaciones de Judá, pues de ti saldrá un jefe que pastoreará a mi pueblo Israel”. )¿No es lógico pensar que José también lo sabría? Si fuera así, me puedo imaginar esa media sonrisa de José cuando le llegara la noticia de que tenía que ir a Belén para el censo justo cuando cumplía el tiempo de María. ¿Qué casualidad, no? ¿Te ha pasado a ti alguna vez algo similar donde ves cómo las cosas se alinean y compruebas lo grande qué es Dios…aunque a veces no es lo que tú tenías planificado?
Esta cifra, 111 kilómetros, es la que preside nuestro diseño y es también parte del título del libro de reflexiones para el adviento del Padre Francisco Vidal dcjm (que podéis encontrar aquí). Sin querer hacer spoiler de este libro, mirar el camino de Nazaret a Belén nos invita a reflexionar sobre tres elementos clave de dicho camino:
- Es un camino con un objetivo claro. Como bien dice el popular villancico “De Nazaret a Belén hay una senda por ella van los que creen en las promesas…” Es esta promesa de salvación de Dios, que se cumple plenamente en Jesús, lo que nos invita a salir de nuestra comodidad en Nazaret e ir hacia Belén. Lo podemos afrontar como lo hizo María, abiertos a la sorpresa de cómo será el hijo de Dios, lo podemos hacer como José, desde la responsabilidad de querer responder a la tarea que Dios le encomienda o la podemos hacer como el asno, desde su humilde pero relevante contribución al plan de Dios.
- Es un camino donde es fácil perderse. Nuestro Adviento actual que empieza en Black Friday, incluye un Cyber Monday y a veces un super-puente de Diciembre, y donde cartas de Reyes y cenas de empresa llenan nuestros planes, nos plantamos en el día antes de Navidad casi sin enterarnos. Necesitamos una luz firme que guíe nuestros pasos y nos ayude a centrarnos en lo importante. Nosotros en casa lo hacemos con la corona de Adviento y el calendario de Adviento de Kinder. Cada semana encendemos una vela y nos ponemos al día en el calendario de adviento. Esto nos ayuda a ir marcando el camino y a pararnos a pensar cada semana en lo importante… dulcemente.
- Es un camino que se recorre acompañado. María y José hicieron este camino juntos y estoy seguro que se apoyaban mutuamente cuando alguno flaqueaba por la singularidad de la situación. En los tiempos que vivimos también nosotros necesitamos recorrer ese camino acompañados, en familia y/o con otras familias, compartiendo la alegría que supone saber que Dios se ha hecho hombre por nosotros, pero también ayudando y sintiéndonos ayudados en el camino por nuestros «prójimos».
Espero que este Adviento disfrutes del camino y llegues a Navidad con espacio en el corazón para volver a recibir al Hijo de Dios. Mientras tanto, puedes encontrar este diseño en nuestra tienda online y lucirlo orgulloso.
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