Ahora y en la hora de nuestra muerte

El que cree en Él tendrá vida eterna (Jn 3, 16-21).

Creo que uno de los grandes misterios de la vida humana es lo que ocurrirá con nosotros tras la muerte. ¿Lo habéis pensado alguna vez? O reformulando la pregunta… ¿sois ya lo suficientemente mayores como para haberlo pensado alguna vez?

Si no lo habéis hecho, quizás es buen momento para pensarlo y para ello os puede ayudar este pequeño video de @frayabeldejesus

En la concepción católica del ser humano se nos define como creaturas con cuerpo y alma cuyas naturalezas coexisten durante la vida y se separan al final de ésta. Como dice el catecismo, “La muerte pone fin a la vida del hombre como tiempo abierto a la aceptación o rechazo de la gracia divina manifestada en Cristo” dotando a esta relación temporal de un objetivo vital libremente adoptado: aceptar o rechazar la redención de Dios

Debo reconocer que esta afirmación ha resonado profundamente en mi oración pidiendo a Dios que aumente mi fe y que me haga día a día más permeable a su gracia. Sin embargo, esta afirmación también ha despertado a mi “yo ingeniero” que se pregunta cuál es el mínimo para obtener el «aprobado» en ese juicio particular que el Señor nos hará al final de nuestra vida.

Aunque es cierto que las claves nos las da las escrituras en Jn 3, 16-21, ¿podríamos tener alguna ayudita extra? ¿hay alguna manera de “rascar algunas décimas de más?  Tanto la comunión de los santos como la oración de intercesión son dos mecanismos que nos ayudan en este último empujón, pero aparte de estas dos, hay una tercera que, probablemente, ni la hayamos pensado antes… y es la oración del Ave María, que es el foco de este diseño.

Efectivamente cada vez que rezamos el Ave María pedimos a la mismísima madre del Señor, que nos eche una mano “ahora y en la hora de nuestra muerte”. Es más, como dice el P. Carlos Ojea dcjm “con el Ave María, la Virgen nos ayuda realmente en los dos momentos donde más necesitamos su ayuda: uno es el ahora y el otro es en el día de nuestro juicio personal porque todo nuestro pasado está ya en las manos misericordiosas de Dios y todo nuestro futuro está a merced de su providencia”.

¿Cómo se recoge esto en el diseño?

  • La parte central del diseño presenta al mundo la «criptomoneda» de Santa María Madre de Dios, ($MMD), una moneda salvadora e intransferible con la que ella intercederá por nosotros en ese día con el «saldo» que hayamos acumulado (o hayan acumulado para nosotros) hasta entonces.
  • Como es habitual en estos anuncios, el diseño se completa con el texto «Sin Töken» recordando al texto «Fan Token» que suelen usar los equipos de fútbol con sus criptomonedas. «Sin» (de pecado en inglés) nos recuerda que toda la humanidad, desde la humildad de saberse pecadora, está invitada a invertir en esta moneda. «Töken», con los 2 puntitos sobre la O, que recuerdan ese doble «uso» del ahora y en la hora de nuestra muerte, al que se refiere el Ave María.
  • En este texto es donde se integra una brújula, que simboliza nuestra vida, que tiene una punta roja, color de la misericordia de Dios, apuntando hacia nuestro pasado y una punta verde, color de la esperanza, apuntando hacia el futuro, dejándolo en manos de la providencia de Dios.

Espero que te guste este diseño y como hacen los fans con las criptomonedas de sus clubes de fútbol tú también te animes a invertir en esta criptomoneda mariana. Es una apuesta segura de alta rentabilidad a corto y largo plazo…¿Te atreves a lucirla?


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