Y bajó a los infiernos…

… Para vencer a la muerte (Mt 27, 51-54)

Recuerdo que, en los tiempos de mi catequesis de confirmación, allá por los 90, tuvimos una sesión que versaba sobre el Credo y los catequistas nos propusieron un ejercicio muy interesante: Íbamos rezándolo todos juntos y cuando pensábamos que la afirmación que se profesaba no nos convencía, nos quedábamos en silencio y así nuestra voz coral era más o menos potente dependiendo de lo “convencidos” que estábamos de la afirmación que profesábamos.

Así pues, comenzamos todos juntos a rezar el Credo y sucedió que, después de decir “fue crucificado, muerto y sepultado” nos quedamos todos callados, para después de unos momentos retomar “y al tercer día resucitó de entre los muertos”…

Esta parada repentina en el “descendió a los infiernos” desconcertó a nuestros catequistas y aunque ahora no recuerdo muy bien cómo salieron del paso en ese momento, hoy representa uno de le elementos que me demuestra la profundidad de la victoria del Señor frente a la muerte.

Esta escena de Jesús descendiendo a los infiernos es la que decora la parte inferior de ábside del templo del colegio Stella Maris la Gavia, que tengo la suerte de ver todas las semanas, y me recuerda que no sólo Él, que es Dios, ha vencido a la muerte y promete que los que creamos en Él también la venceremos, sino que, además, arranca de la muerte a las almas justas que estaban allí porque nacieron antes que Él y estaban esperando a un redentor. Ser consciente de este poder redentor tan grande me genera tal esperanza que me sirve de ancla cuando las tentaciones acechan.

(NOTA: si no tenéis la oportunidad de poder ir a ver los dibujos del templo de este colegio, podéis verlos recogidos y explicados en el libro: «Stella Maris, belleza que llama y guía», que podéis encontrar aquí.)

¿Cómo poder representar esta realidad tan compleja en un diseño moderno? ¿Cómo integrar el infierno en una colección de diseños católicos? Aun siendo consciente que la tarea no es sencilla ni intuitiva he optado por tomar de base un clásico bien conocido: la canción de “Highway to Hell” de AC/DC, que marca «el camino hacia el infierno», y la he tomado en la otra dirección, resultando en la frase que acompaña el diseño: “Highway from Hell”, ya que este proceso redentor del Señor sale del infierno para acabar en el cielo.

Esta frase acompaña a la señal que define a las autopistas, pero con dos pequeños matices que la “cristianizan”: un reajuste en los elementos de la señal para que en su negativo se vea una cruz, y unos pequeños puntos amarillos que nos recuerdan que esa no es una cruz cualquiera, sino donde ha estado clavado Cristo.

Aun sabiendo que es un diseño algo arriesgado, si te gusta no dudes en buscarlo en nuestra tienda online en sus múltiples formatos, incluida en formato taza. (que puedes comprar aquí)

#TeAtrevesaLucirlo?


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