Hombre y mujer los creó.

Al principio no fue así (Mt 19, 3-8)

A punto de celebrar nuestros 15 años de casados, hemos querido dedicar este diseño al matrimonio católico. Creemos que es interesante poner apellido a nuestro matrimonio, porque, en el mundo actual en el que vivimos, este adjetivo lo caracteriza y lo define de manera definitiva.

Con este «apellido», lo que en la sociedad civil se concibe como un contrato entre dos, se convierte para los católicos en una Alianza entre tres: los dos esposos y Dios. Lo que en un contrato se traduce en derechos y deberes, en una Alianza implica promesas y compromisos y así se deduce de las respuestas que da Jesús cuando se le pregunta por el matrimonio, que ya era habitual en esa época.

Así, el maestro:

• Enraíza al matrimonio a la Creación del mundo «¿Acaso no habéis leído que al principio el Creador “hombre y mujer los creó”?  y le da la misión de trabajar y poblar la tierra.
• Explica su efecto transformador, aceptado de manera voluntaria y consciente: “Por esto el hombre dejará a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán un solo ser. Así que ya no son dos, sino un solo ser. «
• Lo define como alianza indisoluble: «Por tanto, lo que Dios ha unido, que no lo separe nadie.» o «Moisés os lo permitió (el divorcio) porque tenéis muy duro el corazón, pero al principio no fue así. » que es reflejo del amor incondicional de Jesucristo por su Iglesia.

Así, aunque el matrimonio como realidad sacramental no se definió hasta el siglo XV, la lucha entre su versión Alianza y su versión «contractual» es una de las grandes batallas de la humanidad. Esta lucha se muestra de manera desinhibida y mordaz en el libro «Manzana para dos» (que puedes encontrar aquí). En él, se afronta con un enfoque «condenadamente» original y «endiabladamente» irónico la historia del matrimonio contada desde el lado oscuro de la «serpiente».

Para ilustrar esta Alianza de tres, el diseño se inspira y recoge un versículo del libro del Eclesiastés: «Cuerda de tres hilos, no es fácil de romper». Como en otros diseños, el rojo divino es una de las tres cuerdas, que complementa a los otros dos, de ambos cónyuges que tienen un color muy parecido, recordando su afinidad como pareja.

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