Nuestros ¿por qués?

Simón de Cirene ayuda a llevar la cruz de Jesús (Mc 15, 21-22)

La vida es injusta. Eso lo vivió en primera persona Simón de Cirene cuando los guardias le obligaron a ayudar a Jesús a llevar la Cruz… ¡ Pero si vengo del campo!… ¡pero si no conozco a ese hombre! … ¡pero si hay muchos más aquí! ¿Por qué yo? ¿Por qué a mí?

Esta es la pregunta más actual de nuestro tiempo. Como dice mi amigo Julio Marco en su libro de coaching e inteligencia emocional «Viaja conmigo a Itaka» que puedes encontrar aquí, el por qué es una pregunta que siempre mira al pasado, buscando una explicación al sentirte injustamente tratado.

Este era el estado vital en el que comenzamos esta Semana Santa. ¿Por qué nos ha tocado otra Pascua confinados? ¿Cómo puede ser que tengamos un positivo en casa y tenga que estar aislado aunque sea asintomático?¿Por qué a nosotros, si hemos cumplido todas las normas?

Simón de Cirene y su encuentro «forzado» con la cruz de Jesús (que puedes ver aquí) me ha ayudado a reposicionarme esta Semana Santa con respecto a nuestras cruces (aunque sean insignificantes), y a reformularme la pregunta como Hijo de Dios, que me ama y se entregó por mí: ¿Para qué me ofrece Dios esta situación? ¿Qué bueno puedo sacar de «compartir» la cruz? Cambiando el por qué por un para qué hemos dejado de mirar al pasado y de buscar culpables para mirar al futuro y descubrir con esperanza lo que Dios nos tenía preparado con ese acercamiento a su cruz.

En nuestro caso, por el hecho de estar confinado y gracias al Padre Paco, Jesús sacramentado entró por primera vez físicamente en nuestra casa para comulgar. Acoger a Dios en nuestra casa, en familia, en medio de su Pasión ha borrado de un plumazo nuestros porqués y nos ha hecho, como a Simón de Cirene, sentirnos agradecidos por este acercamiento a la cruz que va a marcar sin duda alguna esta Semana Santa para siempre.

Hemos querido recoger esta experiencia en este diseño tan personal que hemos dedicado al cireneo reflejando sobre fondo claro el laberinto de su vida en ese momento, donde sí o sí, el único camino posible acaba en Cristo (resucitado porque sabemos que la muerte no es el final). Los otros caminos están bloqueados por estructuras azules (recordemos, el color de lo humano) que, justa o injustamente no nos permiten salir del laberinto.

Gracias por leer hasta aquí y esperamos que te haya gustado el diseño. Puedes encontrarlo en nuestra tienda online… y disfrutarlo todo el año, bien en manga corta o en manga larga (camisetas o sudaderas).

#TeAtrevesaLucirlo?


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